A diez años de un informe del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos que señaló al Partido Independentista Puertorriqueño por ser la oposición principal contra el uso estratégico de Puerto Rico como “isla bastión” (island-fortress), no sólo esa fuerza no ha desaparecido, sino que ahora el país se ha transformado en punto de amenaza más que de defensa.
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